Inspirado por el poemario titulado “Para curar el cáncer no sirven las libélulas” de Manuel Pacheco, el pintor canario se decide a exponer en el plano de la pintura la obra que descubrió hace ya cuatro décadas y que lleva tiempo labrada. Desde su descubrimiento hasta hoy, Francisco Orihuela ha acumulado una infinidad de imágenes, formas y colores que aparecen en esta obra con entera libertad. En los paisajes concentrados en los desiertos majoreros y Atacama, en los vientos patagónicos y en las inmensas playas normandas, se les suman las incontables visitas a exposiciones y museos, obras que la retina mantiene y la memoria no olvida.
Con este montaje expositivo la Fundación CajaCanarias invita a contemplar las pinturas realizadas cuidadosamente por Francisco Orihuela en óleo sobre papel y lienzo donde, en una ejecución rápida y sin leyes autoimpuestas, compone una partitura de superficies y capas, mixturas y yuxtaposiciones de densidades de color, principalmente tonos azules, amarillos y rojos, que se agolpan unas sobre otras en todas direcciones y compiten entre sí por sobresalir de entre la superficie. Además, la entidad programa también para esta exposición su proyecto didáctico “Despertares”, basado en que los escolares de todas las etapas educativas hasta bachillerato asimilen de forma más completa el contenido de las respectivas exposiciones que realiza. Para facilitar el aprendizaje los participantes descubrirán, de la mano del personal formativo de la Fundación CajaCanarias, las características principales de la exposición a partir de una metodología lúdica y participativa, adaptada a las distintas edades.
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