El ciclo Ralph Bakshi: Urban Noir, organizado conjuntamente por Filmoteca Canaria y Tenerife Noir para el programa de la décima edición del Festival Atlántico de Género Negro, continúa con la proyección de Tráfico pesado, una obra profundamente autobiográfica que mezcla lo surrealista y lo urbano en un retrato ácido de la vida en Nueva York. Será en las salas de esta entidad perteneciente al Gobierno de Canarias el martes 18 de febrero, en el Teatro Guiniguada de Las Palmas de Gran Canaria, y el jueves 20, en el Espacio La Granja de Santa Cruz de Tenerife, a las 19.00 horas en ambos casos. La película se exhibe en versión original con subtítulos en español. Las entradas pueden comprarse en la taquilla de las salas y en las pasarelas habilitadas para la compra por internet del Teatro Guiniguada y del Espacio La Granja.

Tráfico pesado (Heavy Traffic/1973/76’) es una obra sorprendente por su marcada impronta contracultural y su incorrección política, en la que los bajos instintos son la norma y hay una total falta de consideración por sentimientos como la ternura o la felicidad. Todos los personajes de este collage urbano son seres marginales. El protagonista es un dibujante, Michael Corleone, adicto a las máquinas de pinball, una imagen que funcionan como metáfora de la arbitrariedad de la vida. Es hijo de un matrimonio que se odia: el mafioso Angelo Corleone e Ida, la madre judía, que detesta a su marido italiano.

De toda la fauna humana que se cruza en el camino del protagonista, la única que parece tener claro su destino es Carole, una camarera afroamericana que acompañará al protagonista en una dirección cada vez más peligrosa. La crítica apoyó esta película, en la que vio un trabajo adulto, incómodo, amargo, explosivamente provocativo y con una inteligencia superior a la de otros productos underground. El guion y la dirección son de Bakshi; Ed Bogas y Ray Shanklin firman la música de la cinta, mientras que Ted C. Bemiller y Gregg Heschong se hicieron cargo de la fotografía.

Bakshi es una figura única en el cine de animación, dotado de la visión crítica, ácida y cuestionadora tan propia de la cultura underground. Fue un creador revolucionario que desafió las convenciones del medio al romper con la percepción de que la animación estaba destinada exclusivamente al público infantil. Su obra, transgresora y provocativa, explora asuntos de crítica social, racismo, violencia, sexualidad y contracultura, en un universo visual que combina realismo sucio, sátira mordaz y un estilo gráfico inconfundible. Dirigió todas las películas que forman parte del ciclo y es el autor del guion de las tres primeras.

Este ciclo celebra el genio técnico y narrativo de Bakshi y su capacidad para incomodar, emocionar y hacer reflexionar al público. Es una invitación a redescubrir a un creador que, con cada una de sus películas, expandió los límites del cine de animación y dejó una huella imborrable en la cultura contemporánea.